Mortales corazones

Jiber Suastegui

Respirar con dulce anhelo una nueva poesía es un mal agüero.

La blanda y profunda voz del poeta encubre la nube perversa

y el relámpago muestra la matanza de guerreros.

Con cuanto gozo los mortales corazones pretenden acumular tantos amores,

siempre entre la rivera fulgurosa.

Que suave es tu sonrisa amada mía, que doliente es la agonía

cuando el fuego se derrama en tu arrogante aspecto.

Tu voz, tu mirada, tu rostro tan profundo y para mí un asilo en el bosque.

Tal vez mi consuelo es mi amargura, tal vez las copas inspiran el bélico beso.

El negro fantasma tiñe la vida sutilmente…Yo soy pobre, tus estragos me hunden. 

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