Si papá no hubiese dejado su estertóreo corazón,
si la maldición de la fiebre reumatosa,
respiración agitada al caer para siempre,
tan solo no le hubiese tocado la punta de su meñique,
habría sido papá el estandarte duro,
y no el rasgar de tan somero árbol,
y no su restregada pasión tabular.
No se hablaría de correctas predestinaciones,
sea cual fuere el designio de ahora,
vendrá desde su cripta el recuerdo,
de cuanto estuvo su semilla guardada desde el vientre.
No habría visto esa avenida tan desolada,
en compañía de mi hermano,
caminando por su elíxir de caña,
el tocar de una tiendita,
y volver como atónito a la casa vieja,
aquella mañana al féretro rodeado de llantos.
Y mamá tan sombría,
el amado esposo involuntariamente se le fue al estrechar su mano,
mamá triste, mamá solita,
¿Qué héroe partió ayer por la tarde?
Si papá no hubiese tomado su último respiro,
no se vislumbraría la miseria tras la esquina,
no habría sido leña ese férreo árbol aún erguido.
Sin más remedio, que fortalecer y encarar con valor las tragedias,
sin más remedio que enfrentar con hambre, dolor y miedo un trance roto,
sin más remedio que huir o dar la cara al enemigo,
como dijo quien negó el color rosa de la vida.
Si semejante asunto no hubiese dado luz esmeralda,
ahora no existiría tal cuerpo como leyenda nombrada.
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2021 a las 12:50
- Categoría: Triste
- Lecturas: 47
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