**~Novela Corta - Enamorando a Adham - Parte I~**

Zoraya M. Rodríguez

Abir era una árabe retraída, tranquila y sosegada siempre en el amor. Sólo el amor no le cumplió lo que promete cupido con su flecha, flechar el corazón un amor verdadero. Abir era una mujer completa, pero, no felizmente. Ella, trabajaba en una tienda de árabes vendiendo cosas árabes. Abir sólo quería enamorar a Adham, un joven árabe de la continua tienda donde ella trabajaba. Adham, era un joven solitario, inocuo, también muy estudioso, y tenía una sola meta en su vida llegar en ser un médico, y ella Abir, lo ama con todo su corazón, pero, llegó algo a su vida, otro hombre, éste hombre era el dueño americano de la tienda. Y sí se entendían, pues, hablaban los árabes en inglés. Abir sólo trataba de enamorar a Adham, pero, sus seductora voz y su delicada figura no le ayudaban de mucho. Cuando Abir, con sus mañas de seducción, quiso enamorar a Adham, pero, en verdad que nunca pudo y quedó solterona. ¿Y qué había de hacer una árabe en medio de los Estados Unidos y sin amor?, pues, se dedicó en trabajar y en hacer de la vida una posiblemente mejor. Abir era una joven bien comúnmente buena, pero, eso no le daría un amor. Sólo un juego de esos del amor, sólo la llevaría a conocer eso que le llaman amor, y ella estaba muy enamorada de Adham. Cuando, de repente, sólo quiere enamorar a Adham, ¿cómo lo logra?, pues, con un hechizo de mujer, el cual, no le funciona jamás. Cuando en el momento de creer en el amor, sólo la pasión le dió un camino, el cual, no había recorrido ni nunca recorrió, y todo porque el amor no era para ella, cupido no se acordó de ella a la hora del amor. Cuando en el instinto, se debió de creer en la única razón de que ella, quería enamorarse, pero, de Adham, y Adham ya tenía relación con otra mujer, pero, Abir empeñada en hacer del amor un imperio sólo quería enamorar a Adham, cuando su esencia y su más clandestina virtud de mujer se electrizó la forma de creer en el desierto del amor y más sin amor. Cuando, de repente, se vió inalterado el fracaso de sentir el silencio desde su corta vida. Cuando, de pronto, Abir, quedó atemorizada de espantos nocturnos cuando llegó la noche fría a ser escante entre el álgido viento y sus caricias subrepticias y deseando amar quedó en soledad. Cuando su esencia y su presencia quedó como con obtener la ausencia autónoma de ver su silueta entre aquella nube en el cielo añil, cuando pensó e imaginó ser como el ave podar lejos volar, pero, quedó con alas heridas, mojadas o quebrantadas. 

Al otro día, se sintió desolada, y tan fría como la misma noche gélida. Y sintiendo la crueldad de la noche tan fría y tan gélida que se cuece entre el viento y la caricia de un suave tormento, y ocurrió dentro del deseo, más fue amar como el suave viento a la piel misma. Cuando das el capricho de amar cuando ocurre el mismo amor entre ambas partes, destrozando una vil tempestad en la noche tan fría e impetuosa. Y saber que el destino es suave como aquella vez en que se identificó un clandestino y en un frío camino desnudando el calor dentro del ocaso inerte y descendente, en que se abrigó el coraje. Y en obtener el delirio en acechar lo que más encrudece el frío camino si en el destino creyó una cruel osadía en saber que el camino advertía locura en amar a un hombre comprometido. Cuando en el posible recorrer del mismo tiempo se acechó una osada y de una calmada ebriedad del destino cuando en la noche quiso a amar a Adham. Cuando en el silencio se dió lo que más creció en el alma una luz, en la cual, se reflejó el instinto de amar de ella nada más. Cuando en el ocaso frío se dió lo que más se entregó en la noche fría un alma, un corazón y un deseo en volver amar. Se edificó la forma de creer en el amor, cuando Aham volvió a sus pensamientos, sólo quiso Abir abrir sus sesos por un enamoramiento y tan feliz como lo que quería ella misma. Y volvió otro día más en la tienda de árabes en un área de los Estados Unidos, cuando en el día no fingió su eterno amor por Aham, un árebe dulce y tierno, capaz de solventar una relación pura, intacta e inocente con cualquier mujer, pèro, con Abir era tan diferente que no deseaba ni quería lastimar por ninguna índole sus sentimientos ni herir a su pobre corazón. Ella, Abir estaba deseosa de entregar el alma pura e inocente de creer en el amor a ciegas sin importar ninguna carencia del amor puro e intacto e inerte en el mismo corazón cuando en la furia de todo quiso solventar una relación y tan rica como el haber querido enamorar a Adham. Cuando en el rumbo de todo se hizo la vida más pobre descubriendo todo por obtener el amor puro e inocente de Adham. Y faltó y falló algo que Adham era tan difícil de enamorar y más de complacer en una rica relación en que nunca falló lo que nunca un deseo de amor. Y Abir abriendo sesos y más complaciendo a Adham en todo, lo que nunca más quiso perder en la relación con Adham. En la tienda árabe se dedicó en cuerpo y alma en querer vender lo que nunca y obtener una rica y muy saludable relación con Adham su supervisor en la tienda. Abir quiso enamorar a Adham y más quiso entregar cuerpo y alma a su pobre y pequeño corazón en tan sólo un segundo queriendo enamorar a Adham. Y lo amaba Abir con tan sólo abrir sus sentimientos hacia la nueva cúspide de la cúpula entregando alma y cuerpo y más su corazón. Y con mucho temor y ansiedad y miedo y pavor sólo se llenó de pudor insolvente de querer amar a Adham. Y quiso Abir en saber que el amor lo era todo cuando en el alma se debió de creer en el coraje de entregar la razón y la locura también, cuando en el instante se llenó de rica y de abundante caricia sólo en el alma. Cuando en el momento se electrizó la forma de creer en el amor sólo pensando en Adham como su único hombre, el cual, quería amar por el resto de su corta y larga existencia en amar lo que conlleva una sustracción de creer en la razón viva y en la locura en tortura cuando el amor lo era todo. Y se armó de valor y lo quiso invitar a una cena frente al mar perdido cerca del Atlántico, por la costa o en el litoral cerca de ese mar perdido que aún le llenaba de riquezas extremas cuando su esencia la llevó hacia la cúpula extrema de querer abrir el camino como Abir quería llevara hacia el más puro de los caminos y de un frío destino queriendo amar lo que entrega la pureza del alma enamorando a Adham. Si era Abir, la que crecía entr elos negocios, cuando en el ambiente se electrizó la forma más perenne de llevar entre sus secretos un sólo decreto, en que los números y la teoría la lleva por su sapiencia innata y tan original de poder crecer más entre la vida y los negocios americanos. Se llenó de paz y de una tranquilidad inmóvil, de esas que le hace ver el instante en que el mundo se llena de rica y de abundante riqueza extrema, cuando en el convite de todo, se dió la forma más extraña de ver el cielo de color azul y con nubes exajerando ver el cielo caer entre sus ojos claros de mar. Cuando ella, Abir era una árabe sin burka sino que lleva una vida de rica libertad, cuando su esencia le dió una autonomía en libre albedrío cuando su vida era una esencia en liberar los caprichos exóticos del hombre árabe y sus creencias superflúas de una rica y abundante caricia de una rica libertad en los Estados Unidos. Y Abir era un árabe clandestina y con mucha creencia en el amor, sólo deseaba amar caprichosamente a Adham, cuando en el combate de la vida y en el serio desenlace y con un final impetuoso, se dió como mirar desde el cielo hacia el suelo o viceversa, la terrible crueldad de la pasión de un amor sin amor. Cuando en el delirio de creer en el convite de amar lo que más quiso, si era ella Abir la que abriendo paso y camino y  un sólo destino fue la fuerza en espelunca cuando en al concavidad de su corazón sólo cabe el amor de Adham, su eterno hombre y más su eterno hombre en el amor a ciegas y con miedos de perder en el amor, sólo quiero enamorar a Adham. Y lo invitó a esa cena frente al mar, cuando él, lo acepta, pues, la locura, por la cual, se dió todo el amor, si se llenó de paz y de abundante riquezas de amores sin finalizar por la locura de amar. Cuando en sus pertenencias de creer en la pasión y en el amor, sólo quedó una rica sensación de buscar en el amor, y querer enamorar a Adham, con la misma caricia del amor a cuesta de la sola perdida locura por Adham. Cuando en el suburbio de la tortura, quedó como el mismo capricho exótico de creer en el desierto mágico de sentir el silencio entre el amor y la sola razón. Cuando entre el viento en la piel, se dió como la forma exacta de ver el cielo mágico y lleno de un sólo arcoiris de luz en el mismo cielo. Cuando en el acecho de querer enamorar a Adham, se electrizó la forma más cruel de ver el cielo de azul cuando cenaron por aquella vez y extraer del corazón todo el amor con la ciencia y la química del mismo amor que la lleva a amar a Adham. Cuando en el instante se dió como la misma forma de ver el cielo de azul, cuando lo invitó sí, hacia una cena devastada de amor y exóticamente encaprichada de luces de colores frente aquel mar abierto y tan perdido de sal y por un salitre que sólo sus olfatos se llenan de rica y de abundante sal, si era como sanar la herida con sal y sus heridas de amor con ser correspondido se llenó en curar más la herida de ese amor total y tan mágico como el haber sido correspondido recíprocamente. Cuando en el ambiente se tornó áspero y contingentemente bravío el mar y tan picado que sólo saltaban gotas de ese mar bravío en que sólo la sal, se llenaba de rica y de buena voluntad en sanar lo que más crecía en el corazón una herida profunda que se llama amor. Cuando en el suburbio de la autonomía creía en ese mar perdido, en el cual, se perdía hasta las más suaves caricias y los más perdidos besos dentro de ese mar atrevido y tan bravío en que sólo sopla la manera de ver el cielo de añil en la noche y tan gélida como tan fría, como el haber sido entregada al amor. Cuando en las asperezas de la vida y de la amarga hiel, fue Abir feliz, pues, su forma de ver el cielo sólo se dió lo que más quiso en el alma, y más en el corazón una forma de atraer en la penitencia de creer en el cielo añil. Cuando en el sentido del amor sólo se dió la forma más electrizante de ver el cielo añil de creer en el amor a cuestas de la total razón en locura. Y se sentó junto a Aham en la noche tan escalofriante de ver el cielo añil, y tan gélida como lo nocturno de ver el cielo frío y tan claro en creer que en el alma existía una sola razón perdida que la lleva hacia la misma locura. Cuando en el imperio autónomo de creer en el amor y en el corazón, se dió lo que más se llenó de calor en el corazón y más en el alma de esa luz que encendida quedó tan prendida como el alma con luz y más con amor. Cuando en el juego de la caricia se dió lo que más quiso el universo en creer en el vacío de la manera de ver el delirio frío. Cuando su forma más vil y tan heril cóncavo quedó el amor en el corazón y sin la razón verdadera, sólo se llenaron de locura y de tortura. Cuando su esencia perfiló la forma más atrevida de creer en el nefasto deseo la más vil y fuerte decadencia en el amor llena de un cálido desconcierto. Cuando en el alma creó un dolor tan perenne, pero, tan álgido como poder perder la razón en ese amor caprichoso de ver el cielo de añil, y tan vil como la forma de creer en el instinto de amar. Y enamorando a Adham quedó Abir, en esa cena llena de caprichos exóticos, y de vicios acometidos, cuando su esencia perfiló lo que más se cree en el amor y más dentro del corazón. Cuando en el deseo de albergar el corazón y más en el alma, se fingió el amor total y descendente hacia la manera más cruel de creer en el alma una luz por creer en ese cálido amor en que crecía dentro del corazón. Cuando en el suburbio de un sólo corazón se electrizó la manera de ver y de creer en la forma de sentir en la misma locura. Cuando en aquel mar perdido parecía como un sólo desierto, el cual era antes como un mar también. Cuando en la noche venidera no se opuso el sentir el frío en la misma piel. Cuando por mirar al mar atrevido y tan bravío en los ojos de mar de Adham, también de ese terrible mar, y ella, Abir, quedó prendida de amor por Adham.                                      

Continuará……………………………………………………………………………………….

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de marzo de 2021 a las 00:03
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 19
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