Felicidad que me destroza

Usted es luz hermosa, que después me ciega. 

Usted es suave melodía que después me aturde. 

Sus manos son bellas caricias que después se alejan. 

Su mirada, su voz ... Como espejismo que desaparece, pero que jamás olvido. 

El calor de sus brazos y de su cuerpo, exquisito bálsamo que me complace y añoro de nuevo cada día. 

Su risa divertida, que sin saber cómo, se inserta en el fondo de mi corazón. 

Es usted ... 

Es usted ... 

Y soy yo. Sin entender cómo es que continúa solitario en su camino. Sin caricias de ningunas manos. Sin besos de ningunos labios. Sin miradas que lo hagan imaginar. Sin abrazos que lo hagan volar. 

Y yo ... alejada de usted, como en una condena. Atada sin poder acudir cuando me necesita. Sin poder acompañarlo en las solitarias noches... Oscuras. 

Mas sé que no lo condeno también a usted, porque la soledad es su compañera y la ama. 

Aún así abre de vez en cuando su ventana y me permite entrar y acariciarlo. 

Mas no como yo quisiera. 

Y es terrible vivir así. 

¿Por qué usted? 

¿Por qué mi primer amor? 

Es usted para mí el más bello universo que me encanta descubrir. 

Saber cada día de usted es una alegría. 

Pero una alegría que me destroza.