A menudo vuelvo al tiempo
y me quedo en la pobreza
mis ojos miran en silencio aquellos años
y el tacto inerte de mi rostro
genera una leve carcajada
a riendas de reconocer
que fui feliz
y en las cosas mas humildes
saber que uno es uno
y vale mas que cualquier dinero existente.
Fuimos entre todos
la simpleza de los actos
que en familia se construyen
fuimos los olvidados y hoy recordados
por las honestas palabras de la vida.
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