Me saqué de encima el estorbo de mi real fortaleza
me estremecí de irrealidades, para rellenarme de mentiras
la carne de desvaríos, convulsionó de desesperanza,
el tiempo y la persona caducaron las ideas,
llego el ramalazo implacable de presiones
desde la cumbre de mi soledad sujeta al deseo
deseo cruel de lo que no existe: el amor, la fe y la esperanza
observo que el pájaro es prisionero de sí mismo, de su canto
y de la magnificencia de su vuelo, si me comparara
con los elementos más bellos, descubriría que no soy mejor
soy como ese pájaro que se alimenta de insectos, como ese rio,
avanzo hacia el abismo de una catarata, rauda me precipito,
mis atropellos son mis propias palabras, todo es nada, y mucho,
¿Y yo soy nada? Quizás menos que eso, apenas una ofensa
complacida en la agresión, cediendo mi soberanía
desde mi más pequeño hueso hasta mi patético pensamiento
nutrida con mentiras y blasfemias, ¿Cuándo romperé éste cerco?
¿Cuándo me llenará el odio de reniego hacia mi suerte, echada al vuelo?
Imperativamente me traslado hacia el gozo del dolor
por el angosto desierto del pensamiento, mudado de mi cordura,
Si la muerte me pidiera inmovilidad habría más luz
en ese instante del que hay ahora, ojalá hundida en mi olvido,
autómata como soy, recostada para el flagelo, sucumba pronto
más pronto que ya mismo, ante mi culpa de existencia,
estoy lista, lista desde hace un siglo para la partida triunfal de mi derrota.
- Autor: Isel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2021 a las 01:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Edwin Abimael Godinez Hernadez
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