Te encaminas sigilosa
a las orillas de un lago lejano
"rosas hacia mi; voy hacia el prado"
dichosa alzas tu voz en un en un canto diáfano.
Te descubre de pronto la luna que afano
"rosas hacia mi; margaritas que no hallo".
Tus conmiserados ojos aun no se han nublado.
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