Tenía presbicia, fijo,
aguda vista de lejos,
-veía sin catalejos-
pero de cerca, ni pijo.
Aunque es un poco canijo,
veía Aznar, si se alzaba,
las armas que Irak guardaba
en un remoto escondrijo.
Pero, la vista se cansa
de viejo y, de cerca, Aznar
nunca acertó a ver pasar
los sobres con pasta gansa,
que, si Bárcenas no miente,
afirma haber repartido
entre cargos deI partido,
de una Caja B existente.
Opinaba el sursumcorda
que ver, veía perfecto,
que lo suyo era un defecto
que hacía la vista gorda.
Algún defecto ocular
tiene también la justicia
que no ve ninguna picia
del Partido Popular.
© Xabier Abando, 31/03/2021
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2021 a las 16:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Flor de otoño
Comentarios2
Muy bueno!
Se reafirma en tu poema que los políticos son todos iguales (ya dudo que existan excepciones, aunque debe haber algunas pocas... yo diría muy pocas y vaya uno a saber en que lugar del mundo).
Un abrazo, amigo!!!
Muchas gracias, Jorge. Excepciones, haberlas hailas, pero son eso, excepcionales. Mucho. Un abrazo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.