Somos novios a escondidas
y en un querer de puntillas,
toco su mano a hurtadillas
en tristes citas fallidas.
Sin entrevistas cohibidas
para vernos, conversar
donde pueda enamorar
y en una cita expedita,
asir la venia bendita
me urge en serio negociar.
Buscas al padre severo,
de carácter mojigato,
con las reglas sin recato
de inmutable justiciero.
Sin quitarse su sombrero,
fija horario limitado
y bien chaperoneado,
solo un día a la semana
desde una silla cercana
ojo avizor y avispado.
Es mi caso variopinto,
porque al elegir pareja
y tocar la flor la abeja
el camino fue distinto.
Tuve que apretar el cinto
el padre había partido,
muy quedo abandonó el nido,
que Dios lo acoja en la gloria
mas, no para aquí la historia
y a la mamá se lo pido.
Yo te acepto, pero pasa,
me asegura con honor
que aquí el hermano mayor
es el hombre de la casa.
El decide quién se casa
representa a sus hermanas,
son tres bien criadas cubanas
no es un caso del azar,
tú lo vas a comprobar
de él se sienten muy ufanas.
Está duro el mantecado,
¡qué lío, qué compromiso!
Porque el amo del permiso
es el celoso cuñado.
Animoso e ilusionado
le comento mi esperanza,
la dicha que mi alma alcanza
al compartir el amor
de su hermanita menor
y contar con su confianza.
Sonríe con picardía
y otorga el consentimiento,
solo exige el fundamento
del noviazgo día a día.
Se desborda la alegría
en mi corazón valiente
y para el año siguiente
sin futuro promisorio
organizo el casorio
enamorado e imprudente.
- Autor: vateignoto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2021 a las 18:43
- Comentario del autor sobre el poema: De mi colección "Remembranzas" En los años 60 escribía con timidez alguna décima criolla.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
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