SUEÑOS

Los sueños, tristes recuerdos,  
triste pasado, que no olvido,
que no me deja, que no comprendo,
que me atormenta por lo vivido,   
por lo olvidado y por lo desconocido de un futuro.

Noche tras noche veo el cristal de oscuras noches pasadas,
de futuros inciertos, de presentes angustiosos,

por problemas, por monotonía.

Quisiera saber que hay más allá de su misterio,
será delirio, será locura,
o simplemente los anhelos y deseos de un ser que mendiga,
sentir lo inefable de lo divino.

El sueño más profundo me procura,  
no ver más allá de vagos signos,
un mensaje indescifrable descubrir,
de quienes instruir mi alma adolorida quieren,
sacarme de la horrorosa ilusión y fantasía,
poder descifrar la moraleja oculta,
poder ver más allá de las señales de múltiples significados,
el futuro, el presente y el pasado.

Día tras día me afano,
en pulir más mi espiritual figura,
de volver más clara la noche oscura,   
de mi inconciencia, de mi locura.

Enfrentando a capa y espada diablos rojos de mi alma,
que me roban la energía, la tranquilidad, la calma,
que ponen en peligro la existencia mía,
impidiéndome ver más allá del velo que la verdad cubre,
volviéndome estudiante de mi propia vida.

Nadando contra la corriente y la triste entropía,
queriendo renacer de nuevo en el agua cristalina,
agua del lago en calma o del riachuelo implacable,  
aguas refrescantes  que de las montañas misteriosas mana.