Me enamoré de un amor imposible y cuando menos lo esperaba me di cuenta que estaba sumergido en un sin fin de sentimientos infernales, bueno quien no podría enamorarse de tales labios pero sobre todo sus enormes senos.
Sus ojos oscuros y vacíos, muestran el amor haciendo locuras con la soledad, aunque en la oscuridad ella sea mi luz, le invitaré un trago para agradecerle y luego la convencere de follar hasta que no exista más oscuridad.
Es tan sutil cuando camina, las flores se marchitan y las nubes se oscurecen, sus manos acarician las paredes a su derecha, suele dejar mucho impacto en la gente pero es lo que la hace perfecta ante mis manos.
Sus pechos son la envidia de las diosas pero le da igual pues al fin y al cabo lo que importa es lo que haremos ebrios, nisiquiera el tiempo parece ser largo cuando estamos juntos pero aveces suele detenerse para contemplarte.
Te invito un vaso de vino y dos shots de tequila, bastará para que puedas verme a los ojos y follemos noche y día, bajo la luna o sobre el sol, inventemos tantas posiciones que ni los demonios del infierno entiendan, hagamos pinturas que ni la diosas del Olimpo puedan entender.
Es así como con un vaso de vino y dos shots de tequila....
LA MUERTE SE VOLVIÓ UNA PUTA Y UN HOMBRE EN SU AMANTE.
_Rodrigo Ego-aguirre
- Autor: rodrigo hernando ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2021 a las 22:00
- Comentario del autor sobre el poema: LA DIOSA QUE SE ENAMORÓ DE UN MORTAL
- Categoría: Amor
- Lecturas: 41
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