La garganta se le desgarraba sin voz,
pedia poder gritar en su claustro, mientras
la jaula le mostraba ese cielo que añoraba
detrás de los barrotes de oro que la adornaban.
Giraba en un círculo vicioso de dolor-herida
todo era igual, el día, la noche, una semana, un mes
Solo le quedaba la esperanza de ese rayo de sol
que se colaba por la puerta una tarde de abril
cuando el aire volvía a levantar las hojas secas
del viejo árbol que se acumulaban y descomponian,
respiraba otra vez el olor a eucalipto,
abrazando notas de infancia bajo su sombra.
La jaula le abría las puertas y no volaba,
estaba presa de su propio encierro.
El círculo vicioso se hacía cada vez más grande.
- Autor: El otro yo ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2021 a las 15:44
- Comentario del autor sobre el poema: Jamás sanará esa herida si no dejas de echarle sal...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Paco Jose Gonzalez
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