Háblame de la muerte

Creer en ti antes que nada,
creer en una vida que espera
aunque no lo haga, recuerda
y sigamos hablando de la muerte.

Quiero que me hables de la muerte
esa que se siente tan lejana
y tan distante al acercarte.

Y pienso que la vida es mentira
cada vez que sus manos rozan
mientras que de reojo me mira,
o miraba, la vida no es tan bonita.

Quiero que me hables de la muerte,
suerte de no sentirle al verte
y no llegar hasta la siguiente.

Un baile triste para los grises,
la melodía eufórica que dices
haber querido interpretar,
entre ademanes declamar.

Quiero que me hables de la muerte
quiero ser tu alivio y la suerte
y quiero jamás dejar de quererte.

Prefiero que me amas hasta odiar
antes de odiar y jamás iniciar,
si el final es ninguno ya,
¿para que te vas a lamentar?

Quiero que me hables de la muerte
cada despedida que no soporte
Y besos que no nos lleguen.

Solo soy un hombre desecho
por dentro, entre las ruinas
de su templo, de hecho
que echo de menos
no echarte tanto de menos.

Quiero que me hables de la muerte
cuando la vida sea deprimente
y las agonías jueguen a la suerte.

Quiero conversar en el limbo,
pasear tranquilos como aquel
día tranquilo de un noviembre
frío, tan frío, como dos fallecidos.

Quiero que me hables dela muerte
Si es que mañana no vuelves
si es que mañana no me ves.

Si es que el mañana se acaba
y tu palabras me abandonan,
el olvido será recordado,
lo bueno y también lo malo.

Quiero que me hables de la muerte
quiero tenerte cada día en mi mente
y quererte como si mi vida dependiese
de ello y de nosotros tema la muerte.

Mira mi alma transparente,
mira mis ojos calmadamente
mientras que calladamente
el ruido mental se desvanece.

Mira mi alma, vive en mi mente,
dime que me odias y vuelve
pero no que me amas y desaparecerte.

Ya no sé escribir, ya no sé vivir
sin que la voz piense en ti,
mira mis labios y atentamente
entiende que cada verso te pertenece…
aunque la vida y la felicidad a veces me cueste.

Quiero hablar de la muerte
para sentir la vida correr,
para escuchar al silencio
para callar al viento
y envidiar al cielo etéreo
que se posa sobre ti.

Quiero hablar de la muerte
para seguir sintiendo algo,
para recordar que sigo vivo
y no perderte en mi mente.