DEL PIS ... HACIA EL APLAUSO

marta CARMEEN

DEL PIS… HACIA EL APLAUSO

                                                               Habìa una vez una niña que  imaginaba y relataba...

 A los cuatro años comencé mis clases de danzas clásicas.
Soportaba el atuendo tortuoso, porque se compensaba con
mi deseo de bailar. Maya enteriza de lana negra, pollera
de raso hasta las rodillas y cinturete con hebillas bien
ajustado a la cintura. El salón era espejado con varias
barras para hacer los ejercicios previos a los ensayos.
Mi primer día fue asombroso, la música provenía del un
gran piano, en el cual las manos de una profesora hacían
sonar Suite de pequeñas piezas dulces y melodiosas, que
indicaban a mis pies, mi cuerpo y mi alma que yo sería una
Gran Bailarina.
Estábamos en las barras, mis compañeras evidenciaban
mayor experiencia, yo me esmeraba tratando de copiar
sus movimientos, pero me desconcentrè cuando mi vejiga
me anunciaba que estaba inquieta. Mientras apretaba cada
vez mas mis piernas, pensaba como decir a mi profesora lo
que me estaba pasando y como haría para sacarme todo
ese atuendo, si es que había baño.
Escuchando la música se relajaron mis músculos y un tibio
liquido regò mis piernas y dejò un charco de pis en el piso.
Lenta y disimuladamente me fui corriendo hacia atrás,
pero el charco seguía ahí y la malla de lana húmeda me
hacia picar las piernas.
Todo mejoro cuando la profesora vino con un trapo a
secar, diciendo " este techo está roto, tengo que hacerlo
arreglar, gotea  agua ". Despacio en el oído me dijo:
___ Martita, vení ,  si alguna vez tenés
ganas de hacer pis, este es el baño, si no podes sacarte la
maya, avísame, yo te ayudo.___

                                                                                                                        Gracias... Profesora  Zulema

TRES AÑOS DESPUÉS…

Las mamás de mis compañeras llevaban a sus hijas y se
quedaban sentadas digitando y presionando con o sin
palabra a la profesora, para que sus descendientes ocuparan
en las coreografías los papeles principales. 

En el mes
de marzo comenzaban las clases, donde se nos comunicaba
que coreografía se representaría en el Coliseo Podestá,
en el mes de diciembre.
Recuerdo con toda claridad que más de una vez, la profesora
Zulema tenía que alzar la voz para que las señoras
mamás mantuvieran la compostura y no opinaran, como
siempre, sobre quien o quienes deberían ser las protagonistas.
Para evitar conflictos mayores, llevaba las sillas
fuera del salón y ahí las hacia sentar. Era necesario el
silencio para lograr la concentración del alumnado y evitar
la presión que recaída en las alumnas, las que bailaban
mirando a sus mamás, en busca de aprobación.
Yo me mantenía al margen de todo ese embrollo, ya que mi
madre nunca me llevo a ninguna clase, por ende no tenía
idea ni de la competencia existente ni qué papel me
asignarían. No tener un referente familiar que me respaldara,
lejos de entristecerme, me daba autonomía, autoestima
e independencia social y artística. Aun hoy, cuando
puedo, la pongo en práctica.
MANZANAS…
Por miles de años, las manzanas tuvieron mala fama,
ficciones y mitologías, han simbolizado la discordia y el
pecado. El paradigma más claro es el de Adán y Eva,
arrojados del paraíso tras darle al fruto prohibido una
mordida. Hay otras historias que depararon un sino
trágico a los personajes que la mordieron, aunque, con
final feliz.
El cuento de “Blanca nieves” relata que en un bosque
lejano vivía una hermosa muchacha con siete enanitos. La
joven era odiada por su cruel y envidiosa madrastra, quien
le envió una manzana envenenada. Al morderla muere en
los brazos de los enanitos, hasta que un bello príncipe,
con un beso mágico de amor la despierta del largo sueño.
EL CONSERVATORIO DE DANZAS…
“Blanca nieves”, por extensión la manzana, fue tema de
discordia, esta vez en el Conservatorio de danzas.
Todo comenzó la tarde en la cual, la profesora determinó
el rol que cumpliría, cada alumno en la próxima función.
Nos dijo:
_Este grupo colóquense a mi izquierda. Representaran a
los enanitos del bosque. A mi derecha Estela, venì, vos
serán la madrasta ,que le da la manzana envenenada, y vos
María, representaras al príncipe salvador._
Como en un concurso de bellezas todas esperábamos la
última nominación. ¿Quién sería la reina? El salón se
alborotaba como cuando el zorro entra en un gallinero.
Hoy a la distancia, me pregunto, porque recuerdo con
tanta precisión los detalles de aquellos momentos. Creo
que, aunque no tenía el respaldo de un mayor, también yo
ejercía presión, me esmeraba para bailar graciosamente.
Ciertamente yo también necesitaba alimentar mi ombligo,
mi ego y esperaba ser nominada con el premio mayor…
Así fue.
Dijo la profesora:
_Vos Martita serás Blanca Nieves_
La danza siempre encendió el motor de mi vida, mi saneamiento
y el vuelo deseado. La expresión de manos y
brazos, significaron la comunicación no verbal y guía de
pensamientos y emociones, mientras que el cuerpo, con
movimientos sutiles y graciosos los aplicaba como palabras
para exponer mis sentires y el de las figuras que interpretaba.
Este apasionamiento se transmitía en comunión con
el espectador.
Memorizaba con facilidad las coreografías, y me identificaba
con los personajes en un mecanismo que me hacia
interpretar desde dentro, como si los acontecimientos a
los que se referían, me estuviesen ocurriendo a mi. La
empatía emocional y la capacidad de implicarme efectivamente
con Blanca Nieves tuvieron consecuencias, conflictos
que hubo que resolver. Aquella niña, cuando lograba,
volver a la realidad, por instinto de conservación,
no estaba dispuesta a morir envenenada.
En los ensayos, simulaba morder la manzana y me sentaba
en el suelo, ante la recriminación de la profesora y el
murmullo de la viejas mala entraña,” llamadas mamás “, que
decían:
_ Esa niña baila bien, pero no puede ser que no entienda
que “los muertos se caen totalmente al suelo”_
_ Brujas!! Tenían razón, pero yo tenía, siete años y temía
morirme de verdad. Suponía que si me quedaba sentada,
eso no ocurriría _
Este hecho se repetía una y otra vez, lo máximo que
lograba hacer, era recostarme sobre un brazo y cerrar los
ojos. Una tarde mi profesora, interrumpió el ensayo, se
sentó mi lado y me dijo:
_ Martita, esto que estamos bailando es un cuento, nada
es real, la manzana que vas a morder no está envenenada.
Vos no te vas a morir de verdad, pero tenés que tirarte al
suelo para que el publico crea que estas muerta. ¿Comprendes?
Ya verás cómo te van a aplaudir. Luego viene el
Príncipe te da un beso y juntos salen bailando_
Golpeando las manos con energía dijo:
_Vamos!!! A sus lugares, ensayamos todo desde el principio_
_ Creyendo firmemente que no moriría, ante el asombro
de las “ mamàs brujas”, mordí con ganas la manzana, me
desplome en el suelo con los brazos abiertos y los ojos
cerrados, esperé los aplausos que no llegaron, en cambio
Escuché:
_ Bravo Martita!!!! .Sabía que podías vencer el miedo.

Sos una artista _

  • Autor: marta CARMEEN (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de abril de 2021 a las 19:50
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 35
  • Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Augusto Fleid
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios2

  • 🔥Ls. Angel

    por instinto de conservación,
    no estaba dispuesta a morir envenenada.
    ante el asombro de las “ mamàs brujas”

    ante ellas, ante todo se pueden vencer !👍👍
    Gracias por compartir...

  • marta CARMEEN

    Hola Poeta, tienes razón se puede vencer. Aunque muchas veces duelan nuestros pies debemos seguir caminando para encontrar las rutas inesperadas y maravillosas que la vida nos ofrece. . Es mi humilde opinión
    Abrazo!.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.