Aquí estoy nuevamente, en una noche fría, dónde la compañía se hace entrañable. no para hablar, no para hacer, sino contemplar. Dormir a lado de un persona que sabes que te protege al igual que tú a ella.
La soledad es un estado de ánimo tan tangible como yo, cómo cualquier persona que te invita a conversar. El miedo a mantener una conversación con ella, es palpable, porqué te darás cuenta de que será una conversación interminable.
Una vez más aquí estoy... Fumando un cigarrillo, apreciando cómo se consume y paradójicamente a mi también.
Una serie de sucesos que hasta hoy desconozco me guiaron a este punto.
Es algo triste saber que en años posteriores cuando era feliz, escribía mi futuro sin verlo venir y ahora aquí, en está noche fría, solo me queda un cigarrillo y solo una compañía... La mía.
Por más gente que conozca, al fin de mi día siempre estaré sola. Tan solo apreciando la vida de otros, viviendo de las sombras y los recuerdos llenando mis pensamientos.
La perspectiva de la vida se divide en los ojos de quién lo ve. Para algunos sencilla para otros difíciles pero al fin y al cabo... Vida.
Desafortunadamente la paradoja de mi vida es algo que nadie entenderá, a pesar de la similitud de la situaciones con otras, siempre serán únicas, igual que cada persona.
Melancolía en estos párrafos y no se porqué, quizá una muerte inminente sea lo que espero venir, pero quién sería yo, si me dejara vencer,por un sentimiento tangible que solo viene y se va, igual que la compañía de cada persona en su lugar.
Hogar es lo que me falta y no uno material, necesito una cosa que aún no la pueda encontrar. Tarde jamás será para encontrarla pero aún así es duro no saber qué buscar.
Dependemos de muchas cosas tan banales, que cuando se pierden, rompen o no están, lloramos sin motivo porque deja un vacío inminente y sin rastro desaparecerá, más lo importante aquí es la importancia que le das.
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