(de Eclipse de Mar)
Detrás de la puerta duerme mi madre…aun no la conozco,
Mi padre trabaja en el mar, aun no lo conozco…
Dos olas del amanecer, alma, y vida dura entre soledades
redes de miradas y amor, almas en el horizonte amarradas, un sueño
una casa pequeña, una flor, y el alba de la madrugada,
Dos seres que giran en la libertad del mar y el horizonte,
El trabajo endurece las manos de mi madre, no descansa,
cobijada en un rincón, arrulla entre sus dedos la vida dura,
ella sueña, el sueña, se toman de la mano, caminan por rocas.
Las gaviotas de entonces, revoletean, parecen hablar de un romance,
El viento tibio canta entre dos almas como un susurro de amor,
Ella tiene los pies descalzos y húmedos, recoge un pedazo de mar,
El recoge las redes, desde el fondo las caracolas, juntan las manos,
Ya no hay palabras, ni ojos abiertos, solo un horizonte y, una estrella,
Dos almas descolgadas se aferran a un camino eterno, envejecer juntos,
La aureola de la vida escrita en sus huesos se esparce como pétalos y piel,
El destino tiene todas las incomprensiones, la vida todas las interrupciones,
Los sueños todos los dolores, la respiración se corta entre un árbol y dos…
Dos espigas de trigo, abiertas al viento, dos sueños sueltos, y…un árbol llora.
La montaña del mar, un ruiseñor se despide en el amanecer temprano,
dice adiós…digo adiós en silencio…dos pájaros niños flotan en el aire.
, en el rincón de una habitación simple y vacía, un hombre busca….
Un sueño perdido, un pensamiento doloroso, unos ojos verdes se cierran,
amanece
Parece que una mujer le dice adiós, tiende sus manos, alcanza vacio y
llanto,
Todo parece estar sin estar, adiós, alma de océano, manos de vida,
cuerpo ido y frio…
Un hombre mira el mar, busca en el horizonte, de allí, un alma
descolgada consuela
nada que hacer, una aureola de vida se esparce como pétalos y
polvo en la tierra.
Alguien camina por la arena, alguien acompaña las huellas, un hombre y
dos niños,
Mi madre despierta detrás de todo, ya la conozco, solo amo, la conocí,
no digo adiós
Después de un amor como el de mi padre, la ciudad es pequeña,
nada es más, amor.
Hombre y niños, una lágrima limpia la tristeza y amarra los sueños
perdidos, amor.
La historia tiene el sabor de muchas vidas, a veces, sabor a nada,
a distancia, amor
En el rincón de la habitación un hombre solo, solo dos niños sostienen
sus manos,
Amor de mar, alma oceánica, tu vida fue huellas de arena,
manos de mi alma,
Amor, madre, brisa corta en la tierra, sonrisa de lo distante,
un hombre te busca.
La vida parece un vuelo de golondrinas, el amor un momento que
abre el alma….
- Autor: oscar campos ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2010 a las 00:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 417
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell
Comentarios2
Tienes el don querido amigo, de tocar fibras, muy buen poema que siempre llega, un abrazo y me lo guardo.
Que poema.....................sutil y bello.
un brazo cariñoso
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.