Se abre paso una flor en la espesura
y entretanto una nube oculta el sol,
los retazos del alma, sin costura,
se agitan con el viento, sin control.
De pronto la tormenta sobre el alma
descarga y, cuando arrecia el temporal,
se acusan los bandazos a mansalva
y el vértigo te come la moral.
Amaina el temporal y ya la calma
se adueña al cabo de la situación
y tras la noche oscura llega el alba
y torno a ver en torno la hermosura,
ya entre las nubes se abre paso el sol,
lo mismo que la flor en la espesura.
© Xabier Abando, 14/04/2021
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 14 de abril de 2021 a las 12:43
- Categoría: Sin clasificar
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- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Flor de otoño
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