La niña mía que nostalgias marchitas,
Sentada como una flor tan viva,
danzante como el viento que lo acaricia,
Con una piel tan linda como el apretón de manos en la primera cita.
Tú, que a pecar incitas, con tus manos frías y caricias tibias.
Sin llamar a tu cuerpo,
Ni a la forma en que caminas,
¿Como te vas así y no lo explicas?
Esa vida es mía, aunque te la dé cada día.
Suerte de quien que por ti y de ti vive lejos,
O mayor suerte de quien te roba un beso,
Con sus labios marginales y añejos.
Eres lo que se añora, un ser sin complejos,
Un amor bohemio, un íntimo corazón abierto.
Un eterno momento de lujo y
Que, aun siendo pobre, yo así abuso.
Un demonio nato
Con senos de calor escaso,
Que buscan estrellados en el cielo ocaso,
Ciegos y rezando,
Un calor más allá del orgasmo,
Un calor merecido, un calor maldecido,
Un calor bien sabido,
Que un alma igual de jodido,
Puede darte sin darse por vencido.
- Autor: Andres_B ( Offline)
- Publicado: 14 de abril de 2021 a las 19:46
- Comentario del autor sobre el poema: una forma de percibir a esa persona, una perspectiva poco personal pero muy ajena.\r\nespero sea de su agrado.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 77
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