Oh, hermosa cordillera blanca, que te ilumina,
Hasta el mismísimo sol que te ve y te anhela,
Me distes el órgano más largo, mi piel,
Y también este mar con el cuál ni tengo ni sed
Viendo yo el arte de las playas de Viña del mar,
Y en tus bosques donde vive el huemul,
Donde tu me acompañas de norte a sur,
Cantando "gracias a la vida" de aquélla violeta,
Visite el desierto de Atacama, que te refleja,
Donde das rosa a lo flamencos, verdad cierta,
Es tan puro tu cielo azulado que veo
Que mi corazón esta hecho por una bella flor
y a mi alma, que le distes por siempre una única estrella
Que brilla resplandecientemente, por vos
Mi cueca hermosa, que cantas sobre cortejos
De ti y de mí, de amor de amores, que siempre te besan
A mi sangre latina, que viaja de esquina a esquina
Nací en esta tierra, que me a dado tanto,
Me haz dado el fuego, con el que me fusionó,
Y mis latidos que de alguna manera, te pintan.
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Autor:
Kenny Valdes (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2021 a las 02:46
- Comentario del autor sobre el poema: hace bastante tiempo que no he estado mi país, y por eso este poema
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
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