Un caramelo
venía entre tus labios
hasta los míos.
Tú me brindaste
el néctar y la esencia
que compartimos.
Y sin dudarlo
fuimos saboreándole
muy lentamente.
Luego, el pañuelo
que llevas en tus manos
secó mis labios.
Así, la brisa,
llegando del nordeste,
me estremeció.
Conté los barcos,
lejanos, que cruzaban
el horizonte.
Perdí la cuenta,
las olas los tapaban
a cada instante.
Pero tus ojos,
silentes, me brindaron
una sonrisa.
Lancé un suspiro,
diciendo en él tu nombre,
y te abracé.
Luego, en un beso,
unimos nuestros sueños
y la inocencia.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/20
¿Cuántas veces, teniendo un caramelo en la boca no hemos sentido algo parecido?... Así ese juego de la lengua con el caramelo, ese chupeteo una y otra vez, que no es compartido y, dejando correr la imaginación, llegamos a situaciones y escenas como las descritas y otras que guardamos celosamente en el alma... Estoy seguro de que todos hemos pasado por momentos parecidos, ¿verdad que sí?
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 17 de abril de 2021 a las 08:22
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Alexandra L, Raquelinamor
Comentarios2
Lancé un suspiro,
diciendo en él tu nombre,
y te abracé.
👍👍🔥😃
Gracias Luis Ángel.
Ciertamente, poeta,
Quien no ha jugado a veces,
con el dulce caramelo,
y ha sentido con creces,
ese placer de terciopelo,
en su imaginativa boca?
Felicitaciones!
me encanta el chupeteo
de los ritmicos versos
suaves, ricos y tersos.
Saludos de universal amor
de una simple opinadora
Raquelinamor
Gracias por tus versos Raquelinamor.
Un saludo.
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