Noble flor de Mayo que aroma la portuguesa Cova de Iría,
Señora de Fátima, virginal mensajera de gracias y dones
como esa bendición a tres niños pastores por amor de Marìa,
y al mundo atribulado, favores de corazón y altos perdones .
La piadosa Abuela Cesárea hacia mi encomendó sanación
flaco adolescente cursante de síntomas cardio reumatoideos
-juvenil paciente ayer con dudas de fe en esquiva salvación-
mal que vetaba el básquetbol y saberes en augustos liceos.
Mi lorito tan parlanchín acompañaba mis lacrimógenas cuitas,
pulsaba mi madre en el Angelus las cuentas del santo Rosario
en aquel quejoso camastro barniz de un muy orante santuario.
Fátima me santificó al andar del tiempo con providencias benditas,
absolvería veniales pecados y faltas de cientos de alumnos carentes :
y así vinieron al fin, triples y dobles,trofeos y discípulos,grandes leyentes.
- Autor: Charo. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2021 a las 21:43
- Comentario del autor sobre el poema: Una historia personal de dudas y de esperanzas luchadas, finalmente concretadas entre apoyos concurrentes -para mi- entre la mística y la medicina.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Classman
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