Somos dos armarios,
en ellos guardamos lo que nunca fuimos,
lo que no pusimos a punto y a diario.
En resguardo lo que no dijimos;
de reproches sobrellenaron cajoneras,
que no dedicamos a vaciarnos.
Abarrotados de berrinches interiores,
quedaron saturados anaqueles,
que por callarlos se hicieron amargores
En nuestro interior nunca nos vimos,
por eso los espejos están limpios,
sin reflejos de culpas que no reconocimos
Y nuestros armarios abultados:
a vaciarse en un divorcio;
a llenarse a otro consorcio.
¿Y será otra vez las mismas dudas?
¿otra vez las mismas jodas?
de nuevo llenos y abultados, de seguro,
nuestros usados armarios. FIN.
Lic. Isaías González Arroyo
- Autor: jesusverbo777 ( Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2021 a las 13:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
Comentarios2
¡Qué metafora tan precisa!
¡Muy bueno!
...la analogía es perfecta...
Saludos poeta...
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