Amante Milenaria

A ti mi amada amante,

de lúgubres noches,

Me acompañas y me arrullas

con delirio y sin reproches.

Puedo amarte sin mesura,

pues eres tu tan bella

Eres sin duda aquella,

que mis sueños solo conoce.

Eres quien en mis momentos de goce,

estas por demás presente al llanto.

Al rayar el alba no sabes cuanto, pero cuanto te he de extrañar,

mas sosiego me brinda y paz,

que en el ocaso se que volverás.

Te entregó mi amor sin medirlo, sin restricción alguna.

A ti mi maestra, mi amante, mi confidente...

Mi Luna.

Luna al ver en mis prosas el alma cuando lo escribí,

cambio a cuarto menguante para regalarme una sonrisa,

y en el susurro de la brisa,

decirme cuanto me ama,

marquesa distante y dama,

de platinos y diamantes,

aquella sutil amante que ilumina cuanto alcanza,

embriaga mis virtudes con la lumbrera que en ti destella,

nunca, nunca he de perder la esperanza,

de amanecer junto a ella.