I
Las horas sin tiempo,
las historias sin memoria;
las vidas sobreviviendo,
las derrotas y victorias.
Las fronteras sin derechos,
las fracciones económicas;
las amenazas de destierro,
las migraciones ideológicas.
II
La existencia milagrosa,
la misa de los domingos;
la mentira más piadosa,
la verdad de los testigos.
La pulcra tela sedosa,
la santa madre del hijo;
la sangre en la cruz roja,
la muerte de lo divino.
III
Los pájaros que sueñan,
los hombres que los cazan;
los niños de otra tierra
los pájaros que abrazan.
Los cielos de las guerras,
los hombres que los tallan;
los niños de otra tierra
los cielos que abrazan.
IV
Lo que libra una batalla,
lo que condena al cuerpo;
lo que fragmenta la coraza,
lo que despierta al sueño.
Lo que estalla en una bala,
lo que sangra en el suelo;
lo que hiere mas no mata,
lo que agoniza sin consuelo.
V
El cristal del agua pura,
el relieve de la tierra;
el viento en la llanura,
el fuego de la hoguera.
El labriego y su caballo,
el tabaco y la hojilla;
el sereno sobre el pasto,
el termo, el mate y la bombilla.
—Felicio Flores
- Autor: Felicio Flores (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de abril de 2021 a las 11:54
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez, Lualpri
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