Sin quererlo, ni pensarlo,
me enojé, y de repente,
lo oscuro de mi mente,
se desató, sin poder controlarlo.
La sinrazón fue mi rechazo,
la impotencia por la injusticia,
acalorado por la inmundicia,
quebré mi equilibrio, en un plumazo.
Pero al disminuir ese furor,
transcurridos unos minutos,
un gusto rancio y diminuto,
se expandió en mi sabor.
Sabor descarnado,
que mis neuronas aceleradas,
y ahora más relajadas,
no hubiesen deleitado.
José Antonio Artés
- Autor: José Antonio Artés (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2021 a las 08:28
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, alicia perez hernandez
Comentarios3
Enojo.... y respiración están de pleito.Cómo manejar mejor el dolor? Sí, el dolor del enojo.Respirando y respirando.Oxigenar la respuesta la hace propicia y evita el dolor del después.El enojo, es un corto circuito que nos provocamos inconscientemente, pero se registra de manera consciente, nos daña y apena. Saludos.
Gracias por tu trabajo...
Gracias a tí por tus comentarios tan enriquecedores. Saludos cordiales
Saludos, poeta.
El enojo es una mala pasada de nuestras neuronas y nuestros procesos bioquímicos.Muchas gracias por tu comentario. Seguimos en la brecha. Saludos cordiales poetisa
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