A través del vidrio, la ciudad late
con sus propias urgencias
personas y vehículos
mueven sus destinos.
En tanto una paloma
parada en la cornisa, mira
como un suicida inminente
que calcula el salto final.
Apuro el café
y cuidadosamente miro
por última vez
la ciudad... y mi destino.
Como esa paloma
parado en la cornisa
como un suicida
miro a la gente llevar sus vidas
El vértigo, invade mi razón
y me aferro al espanto
a la fuerza de vivir
a esa paloma, que regresa.
A mi lado, me mira
y los dos miramos
a la gente, abajo
cada una con su sombra.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2021 a las 09:39
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, alicia perez hernandez
Comentarios1
En ese abismo se cae mil veces , y siempre acompañados de las sombras.
SALUDOS.
Es posible que la sombra, sea nuestra relación con el todo.
Un abrazo agradecido por el comentario.
Esteban
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