Había cometido una atrocidad desde la perspectiva de los profesores, golpee a uno de mis compañeros, no recuerdo el motivo pero debió ser lo bastante fuerte como para que yo perdiera mi paciencia. Como era de esperarse, me castigaron y me dejaron estudiando todo el maldito día en la escuela. La escuela estaba llena de grandes ventanas de vidrio y paredes blancas muy altas que durante el día se iluminaban perfectamente con el sol, dando un aspecto de caminar entre un pasillos de luz, pero por las noches, mas bien parecia como si cada pared hablara y contara la historia de cuando una chica fue violada en los baños o del chico flaco que los miembros del equipo de fútbol agredían frecuentemente. Todo lo que el director contaba de la escuela no era más que mentira, que iba a saber el de lo antes mencionado si la pobre chica acabó suicidándose y el chico cambiandose de escuela, por un sentimiento que ambos compartían, miedo.
Volviendo a mi, estaba sentada incómodamente en una silla gris que castigaba mi espalda, en el salón de historia que a su vez se encontraba en el segundo piso. Ya las ventanas estaban cerradas, pues creo que las paredes odian encontrarse con las estrellas, están hartas de que todo se estrelle contra ellas. Quería, deseaba poder irme a casa ya, estaba hambrienta y comenzaba a desesperarme, lo único que me consolaba eran los otros 5 chicos que también estaban siendo castigados, no conozco sus crímenes y tampoco me interesa, solo sé que estaban ahí, sufriendo conmigo. En fin, dieron las 10 p.m. y nos dejaron en libertad, para festejarlo nosotros 6 pedimos que nos llevaran comida directamente a la escuela, y sin planearlo ya estábamos teniendo una reunión de desconocidos muy agradable, bueno no éramos del todo desconocidos, yo había visto a 2 de ellos por los pasillos mientras cambiabamos de clase, y como es de esperarse, todos conocíamos al profesor que nos vigilaba, el tambien se unio a nuestra reunión improvisada a darnos sermones aburridos de como ser chicos buenos, aunque siendo sincera, se que ninguno de nosotros le hará caso. Todo volvía a estar bien, pero luego me entró una llamada, ahora que lo pienso, ni siquiera recuerdo qué fue lo que me dijeron, pero la imagen de mi misma dejando caer mi comida al suelo y salir corriendo de ese maldito lugar, es inolvidable. Quería salir de la escuela, pero todo estaba oscuro, además, era como si todo se hubiera cambiado de lugar, como si de noche la escuela no fuera la misma. Mi respiración se volvió agitada y los latidos de mi corazón no cesaban de ir demasiado rápido, de repente algo me seguia entre los pasillos, un senor alto con una gabardina negra de piel que daba hasta sus tobillos y un sombrero negro que no dejaba ver su rostro. La presión y el miedo eran como mi oxigeno en ese momento y empezaba a llenarme de ello, que se supone que haría, los pasillos parecían formar un laberinto interminable. Tal vez no, tal vez tenía un fin pero, ¿donde? Cuando lo hallé me encontré con la sorpresa de que estaba sellado, no tenía escapatoria y aquel hombre estaba a tan solo 3 metros de mi. Pensé en lanzarme sobre él y morderlo, pero fui tan débil que ni siquiera lo intente, simplemente me resigné a mi muerte. Sentí sus manos en cada parte de mi cuerpo. Después de que hizo lo que quiso conmigo, puso sus manos sobre mi cuello y me cortó la respiración, terminó con mi vida.
Desperté en lo que parecía ser mi funeral, marcas en mi cuello aún se notaban y mi cuerpo estaba completamente lleno de golpes. Familiares y amigos estaban presentes con una flor en mano y lágrimas en el rostro. Mi madre... estaba desecha, tuvieron que sedarla para que dejara de llorar, mi padre no podía creer que había perdido a su única hija, mis hermanos y mis amigos/conocidos solo se veían unos a otros con una mirada vacía.
Al final, solo pensé en que me hubiera gustado despedirme de cada uno de ellos, pero así es la vida, puedes desaparecer en 1 segundo.
- Autor: Janette CG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2021 a las 12:10
- Comentario del autor sobre el poema: No es un poema, solo un cuento. Enjoy it.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
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