Conversando con la mente (fragmento)

- Todo cuanto está en mi mente rodea al rededor de un ser que no sé si será el amor.
Pero roba pensamientos, y está presente en cuantas situaciones me encuentre.
-¡Basta!-, le dijo la mente. -Eso puede ser peligroso.
-Lo sé. Pero es inevitable. Por más que digo que todo es una locura, siempre avanza más rápido este sentimiento, que ya dejó de ser solo una emoción. Pero a la par siempre está el miedo. Miedo de sus palabras, pero sobretodo de perderlo, aún peor, tengo miedo de ser yo quien lo aparte. Que tenga miedo de mi intensidad al amar. Porque cuando se ama, se ama más que con palabras, más que con el cuerpo, con el Alma.
-Déjate de tonterías. Si ya te ha dicho que no está enamorado de tí. No niego que te observa como si lo estuviera y te besa del mismo modo. Pero, te ha dicho que no lo está.
-Lo sé, es por eso el miedo. Miedo de no volver a ver esos ojos bonitos. Y sus cejas ¡Por Dios!... no sé qué haría sin sus deliciosos y delicados labios, si son más suaves que el pétalo de un lirio, ¡O más! que el de un narcizo.
-Que cosas las que dices. ¿A caso piensa así él? ¿Pensará así? Realmente no sabes nada del dolor. Porque al parecer haber querido amar que alguien y que te hayan destrozado tus sentimientos no ha sido lo suficiente. Siempre eterniza a las personas, pero son tan fugaces como el amor mismo. ¿O es que en realidad ven al amor como algo pasajero? Creen que enamorar, y llevar a alguien a amar es cosas de juego? No saben todo el amor que has perdido hasta por ti misma, a causa de amar. ¿Hasta cuándo vas a aprender que debes dejar de enamorarte de las personas? Este mundo ha cambiado mucho, y tú corazón ya ha sufrido mucho a causa de que amas demasiado sin darte la oportunidad de que te amen primero. Deja de amar, ya las personas no aman...aunque sí, las hay pero son muy pocas.
-¿Dejar de amar? ¿Cómo podría yo vivir sin amor? ¿Qué sería de mi sonrisa, o de esas dulces lágrimas de felicidad? ¿O de mi pecho que no palpitaría tan rápidamente como lo hace ahora? Eso es como pedirme que deje de ver a la Luna, de sentir el calor del sol, de olfatear mis narcisos o mi lirio blanco tan bello. ¿Cómo me pides que deje de amar? Eso es como pedir que me suicide. Es como decirle a alguien que se lance al vacío sin ningún tipo de seguridad. Es como que pidas que saque de mí mis órganos vitales. No podría dejar de amar. No puedo dejar de amar. Entonces ¿dónde quedarían esas charlas interminables, que solo el tiempo lo limita? No puedo. Me niego a dejar de amar. Aunque con ello corra el riesgo de llorar nuevamente, aunque corra el riesgo de perderlo, aunque corra el riesgo de no volver a tomar sus manos tan suaves... me niego rotundamente a dejar de amar.
-De todos modos lo perderás. Ya las personas no piensan en algo duradero. Piensan solo en vivir el momento. No quiero verte nuevamente rodar lágrimas, me duele ver tu rostro humedecido, tu garganta seca y tu pecho, tu pecho ansioso de palpitares. No, no lo hagas. No te enamores nuevamente. Su mente también le aconseja que no se enamore de tí a como lo hago yo en este instante. También ha sufrido, y llorado. Y tiene miedo también. Del todo y de la nada. Él es más fuerte que tú querida amiga, y puede llegar a lograrlo, quizás nunca se enamore de tí...

Conversando con la mente.
(Fragmento)
RECH