Ahí bajo la sombra del silencio
crucé tus caminos copiando el firmamento
de mi propio destino
y tu antiguo panorama
de besos no envejece.
Cierro mis ojos y siento
una alborada de música en tus senderos.
Y un mar de pájaros amaneciendo
siembran de mansedumbre todos
mis sueños.
Ansío brillar de amor hasta hundirme
en tu noche.
Mi nada y tu todo,
la postrera ecuación
tu grito y mi impaciencia
la pena que nos vence
la canción que olvidamos
las fugaces estrellas
la carta que demora
la voz susurrante
en la súbita tumba
del amigo entrañable
A esta hora
mis leves hidalguías
obtienen un triunfo
en la meditación
y trato de conquistar
lo desconocido
en el fondo vacío
de mi rostro.
Trato de ganar la batalla
inserta en el pecho por largos alfileres de recuerdos, tuyos,
míos y de otras
que como tú me amaron.
Donde habito la luz,
solo quedan oquedades.
Trato, pero
la derrota no es materia
de cadáveres,
son días endurecidos
por la prontitud del desasosiego.
Hoy tomo de la vida,
las extravagantes cartas
del destino.
Mi ex mujer se remira
en mis ojos y siente
como ya he pulverizado sus ilusiones o sus cartas
por amores inquietos
y un grito desmesuradamente bello
que reanudó mi amor
por mis semejantes.
Muchos ya no confían en seguir con la esperanza a cuestas.
Aquí no hay engaño
Si no estás, no habrá,
ni flor, ni miel, ni jardinero,
Las abejas van a galope con los sueños.
La vida se teje
y se desteje
como rumor de alas
en fuga hacia el ocaso.
Justo Aldu - Julio Stoute
Panameño
Derechos Reservados
- Autor: JUSTO ALDÚ (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2021 a las 00:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, AZULNOCHE
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