Abatido...
con las bases inestables,
con el centro oscurecido,
con el cetro doblado, en eclesiástica forma,
con la vanguardia rendida y cabizbaja...
Abatido...
sin nervios en las tenazas,
con las lumbreras apagadas,
con la grieta hermética, en todos sus significados,
y el dorso como un cerro, repleto de piedras.
Abatido...
saludando a cualquier individuo,
hablando secretamente conmigo mismo,
sentándome en la esquina más ensombrecida,
leyendo un viejo libro, de otra vida.
Abatido...
caminando frente a árboles, opacados por la noche,
observando la soledad, la ausencia, la carencia de personas
en el lado derecho de mi banca,
oyendo sólo: remotos silbidos, y cantos de aves nocturnas.
Abatido...
con palabras tropezando en mi paladar,
quedándome imperturbable, con mi laica existencia,
vislumbrando como se aleja, el incorpóreo paraíso;
y meditando, si fue justa y razonable, mi existencia.
- Autor: Alfredo Murillo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de mayo de 2009 a las 02:11
- Categoría: Triste
- Lecturas: 467
Comentarios3
Tu existencia tiene el valor de lo que escribes, no tengas dudas que tu vida no es en vano, hermoso tu poema, aunque estes abatido, hemos de esperar que te levantes................
Felicitaciones.
Saludos
Qué bella forma de expresar vuestra melancolía. Has logrado el abatir de tu lector. Excelente, invita a la razón en complacencia del sentimiento. Muy bello seguiré leyéndote.
Saludos
Clavel Rojo
Hay que sentirse fatal (creo) para escribir este poema y màs con ese cierre existencialista, no desmerescas tu vida, nacemos por muchos motivos si haces reflexiòn en tu vida encontraras que muchos se han conocido o quizà con felices gracias a ti.
En esta vida un hombre solo no puede con la humadidad.
Excelente poema amigo paisano.
Adrian
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