Sin yo saberlo, fue la que mas me quería
Sin percatarme, fue la que mas me conocía.
Me admiró su capacidad de perdonar.
Sin decirme nada, lo sabia todo sobre mi.
Sus silencios fueron cuchillos clavados en mi cuello.
Y yo seguí sin entender nada
Y yo seguí, sin darme cuenta de nada.
Encerrado en mi orgullo
encerrado en mis rencor,
en mi insignificante, mezquino mundo.
creyéndome impecable, creyéndome dios.
Ella lo sabia, y callaba
Ella lo sabia, y lloraba a escondidas
Pero seguía confiando
Pero seguía firme, testadura.
Nadie la podría vencer.
Es la callada fortaleza de las madres.
- Autor: bailandosolo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de mayo de 2021 a las 14:39
- Categoría: Familia
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Poeta al atardecer., Martin Blythe, Augusto Fleid
Comentarios2
"... Ella lo sabia, y callaba Ella lo sabia, y lloraba a escondidas Pero seguía confiando Pero seguía firme, testadura..."
Que grandiosa pieza, agradecido por leerla.
saludos
Muchas gracias, y perdón por el retraso en contestar.
La fortaleza de las madres es asombrosa, indesttructible
Ellas, las madres, lo dan todo. hasta en el silencio
Efectivamente.
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