Fundí mis manos a la piel de tu espalda,
Y mi corazón rezó sobre los latidos de tu pecho,
Tus labios cerrados poco hablaban,
Y en su ligero sollozar,
Decían cuanto era, lo que tú siempre me amabas;
Tu cabello… tu cabello de seda con aroma a cielo,
Se adhería a cada poro de mis mejillas sollozadas,
Y el terso hilo de uno solo de ellos,
Se enredaba muy gracioso, entre mis ojos y tu mirada;
Quisiera sentir por siempre,
El dulce calor de tu cuerpo delicado,
Cuando tu abrazo amable se disuelve en mis sentidos,
Y quisiera sentir por igual una vez y para siempre,
Mis manos unidas a tu cuerpo que es mi credo,
Porque no hay mejor deseo,
Que el amarte siempre toda,
Y permanecer callado en el silencio,
De este Amor… el que tú también añoras.
- Autor: Alejandro Iza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2021 a las 05:11
- Comentario del autor sobre el poema: Al igual que el Amor que subsistía en la hermosa historia del Gabo, hay amores esparcidos por la tierra, sintiendo, viviendo aquel hermoso sentimiento, hablándole, queriéndole, y esperando el tiempo, y el lugar perfecto, para amar a la persona correcta... aquella a quién le dedicamos la hermosa pasión de la espera, el Amor, es eso, la espera, la dedicación y el amarla toda... una vez hoy, y otra vez para siempre... Gracias por permitirme compartir con Ustedes un poco del Amor del que hablo y por el que vivo, ese Amor... hecho de humildes letras.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 86
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