Mil años de perdón
No fueron suficientes
Y continuaste clavando el aguijón
A conveniencia
Sin importarte
Que rompías la copa
Y tronaban los sapos
Ante tanta inclemencia
No fue fácil
Tal vez ni lo imagines
Creer que es una partida
Que ganaste
Y te sientes henchido
Lleno de decoros
Sin pensar en el silencio
Que te espera
Cuando la noche llegue
Con su tómbola de paso
Y te veas compungido
Entonando un deseo que no llega
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