Estoy, se podría decir, como sentado,
como el Crónida, pero sin la gloria,
fuera de toda tentación. Estoy asentado.
Enmarañado en mi escasa entropía,
coronando mi estancia desde el alba,
me siento palmo a palmo invariable
y quiero pensar; pero me acusa el mañana
como una forja negra y gastada.
Siempre estoy sintiendo el mañana
como si algún día me fuera a levantar
como si no estuviera aquí sentado
y me hubiera ido con todos los que
innegablemente se fueron.
A veces me pongo a contar la tristeza
dentro de las ondulantes memorias
de los que calladamente se han ido.
Leda ponme otro huevo.
perdona que esté pidiendo todo el tiempo
ya no hago nada más que adivinar
que ya un día camine toda senda,
que ya lo tuve todo porque nada tengo;
que todos los caminos al cielo
están cosidos a la tierra
con los oscuros sueños del hombre
por las mismas manos de Dios.
Y pienso que las cosas son a veces
justo a como las tengo en mi mente
y me lleno de asombro y ternura por el mundo
y el fuego está más vivo y más rojo
acariciando una luz más lenta
bañando la tierra y los cerros
que giran de melancolía
porque no estamos ni escasamente,
cerca de alguien.
Pero permanezco sentado e inocuo
sintiendo que algo fluye hacia el llanto
ya ni hablo para no asustarme
Porque hablando solo una vez
me dio el miedo horrible
de que una voz invisible
se apiadara de mi
y virtuosa me respondiera.
- Autor: E. G. Cortezz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2021 a las 21:01
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
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