Mujer, oh mujer…
Delirio infinito, sombra de mi ser.
Reflejo en ti, el alucinante y calmado efecto de una droga, que me adicta.
Adicto de tus sueños, esclavos del infinito.
Eres…
Eres la marihuana perfecta, el whisky exquisito, un poporo enérgico.
Mientras nos fusilamos de la cultura y sus tabúes.
Absorbámonos un poquito, perdiéndonos en el paisaje de una obra pintoresca, montando dragones voladores.
Que tal.
Que tal mujer…Si tuviéramos setenta hijos y en vez de adaptarlos a este mundo, le mostráramos otro mundo posible.
Recorriéramos a saturno y de regreso, nos trajéramos prestados sus anillos, para decorar nuestro planeta.
Y bañarnos en las albercas del océano, y subir los edificios de las cordilleras.
Después de un largo viaje en caballo, pararnos en un arcoíris de sueños, mientras nos alimentamos, con suficiente combustible de amor.
Viendo los árboles caminar, en vez de crecer.
Quemar los días y los años, con todos los meses. Desaparecer las horas, para levantarnos en las noches y acostarnos en las mañanas.
Hacer una fiesta, ¡pero no! de fin de año, sino del fin de los tiempos, para rejuvenecernos por siempre.
En vez de crear conciencia, liberar conciencias.
Las comidas, tomarlas como hechizos sagrados para el cuerpo.
En vez de trabajar por treinta años, como lo hace todo el mundo, viajar por más tiempo.
Escribir, escribir, más de un millón de cuentos, para que seamos perpetuos.
En vez de decir, fin de esta historia, contar miles de historias, miles y miles de historias, donde tú y yo seamos eternos.
- Autor: Luis Alberto 2021 ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2021 a las 08:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 44
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.