El momento tan ansiado llegó,
vi tu andar, que me enloqueció,
un tenue dibujo corporal;
viniendo hacia mi; tú: algo surreal.
Acaricio tu cara, tus labios beso;
me pierdo en tus ojos: contigo.
Tenerte fue como para un cura el rezo,
indispensable para sentirme terso...
Y en ti vi la gran luz de un año extraño,
descubrí una mujer dibujada en fino arte,
delicada, dulce y veraz de antaño,
quede en silencio, porque podría amarte.
Tomaba tu mano, sentia miedos,
pero además una calma entera,
donde me situaba con vértigos etéreos,
y disfrutaba tu suavidad eterna.
Tocamos el mar y la arena,
viajamos con una sonrisa divina,
sentimos todo lo maravilloso,
de convivir en una fantasía.
Un cometa de pasión,
en noches decembrinas,
en una nueva latitud,
con danzas de alegrías...
Y lo diáfano llego, el fin se desnudó,
la armonía terminó, y ella se esfumó;
pero él espera paciente, aquel instante,
donde se verán, y acaricien nuevamente.
- Autor: beriu ( Offline)
- Publicado: 9 de mayo de 2021 a las 10:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, alicia perez hernandez
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