MADRE

Que el corazón no deje en el olvido,
la inmensa fuerza, el amor inherente,
la cálida voluntad persistente
de la mujer como nadie ha querido.

Que un trato confirmó con su apellido,
y con su sangre un pacto permanente,
y así llevarla entre la piel presente,
hasta que la vida suelte el latido.

Que las flores no sean de su ausencia,
¡Ojalá se recuerde su existencia!
Cualquier día y noche particular.

Porque nadie ama como ella me ha amado,
la mujer que jamás podré olvidar,
la mujer, que siempre ha estado a mi lado.