“Abnegada y más que humana.”
Con tu amor, el más profundo,
Madre, me trajiste al mundo,
me diste el ser en esencia,
sangre, genes por herencia.
Me alimentaste, nutriste,
con cariño que, hoy, subsiste,
encaminaste mi vida
junto a la tuya . . . sufrida.
Entregada, al fin sumisa,
tu encomienda fue sin prisa
al ritmo de las carencias
que, en un hogar, son dolencias.
Fuiste mamá de seis hijos
por igual tus crucifijos,
los que Dios te quiso dar
“haciendo Patria”, al andar.
De aquí pa’ allá en las escuelas
en trajín, deja secuelas,
hartas faenas, trabajos,
agigantaban tus pasos.
Cargando prole en rebozo,
apoyando al fiel esposo;
por ti me quito el sombrero
digna mujer de un obrero.
Siempre te dabas abasto,
bien que “estirabas el gasto”,
a escondidas, con la pena,
lavaste hasta ropa ajena.
Entre múltiples quehaceres,
desahogabas tus deberes
más allá de obligación
con toda resignación.
Soportaste las penurias
de jornadas con las furias
de la crisis familiar
y te pusiste a lidiar.
Con seso, con la rutina,
con la realidad genuina,
cumpliste con tu tarea
de “bailar con la más fea”.
Presta, en verdad generosa
a tu modo, de alma hermosa,
abnegada, más que humana,
mi Madre a la mexicana.
Tu existencia fue muy dura
y así fuiste dama pura,
quisiera darte un abrazo,
no merecí tu regazo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 10 de mayo del 2021
Dedicado a mi Señora Madre, Josefina Aranda de Ramos (QEPD)
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Pintura obra del Maestro David Alfaro Siqueiros (Madre con niño), 1966
- Autor: Gonzalo Ramos Aranda ( Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2021 a las 00:03
- Categoría: Familia
- Lecturas: 28
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