Hay palabras que parecen taladros
Que perforan una y otra vez
Mi pecho compungido,
Destrozado...
Me tumbaste los deseos
Las ganas, los anhelos
Se me cayeron uno a uno los sueños...
El dolor me carcome
Me agota, me derrota
Me siento pequeña
Insignificante
Y el mundo se hace gigante
Y se me viene encima
En mis ojos llueve
Y todo me duele
Me duelen las palabras
Me duelen los recuerdos
Me duele tu nombre
Y el abrazo hipócrita
No, nada está bien
Ni tú ni yo,
Ni nada...
Por qué contigo todo es efímero
Yo voy a lo perpetuo
Soy blanco o negro
Nada a medias,
La lluvia es salada
Y a oxidado este costal de hierro,
Infortunio deceso.
By: Fátima Benítez D.
- Autor: Fatima Benitez D. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2021 a las 10:38
- Categoría: Triste
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, Lualpri
Comentarios1
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
1 Corintios 13:4-8,
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