Fue en ese instante cuándo ella le preguntó ¿Puedes darme algo que me ayude a dormir para siempre?
Mirándola con pena sacó de su túnica un objetó metálico y afilado, finamente tallado en oro, se lo entregó y finalmente en su lecho de muerte la niña dijo con una sonrisa en su rostro "Ya puedo sentir la muerte correr por mis venas"
- Autor: Iset (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de mayo de 2021 a las 21:28
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
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