Ayúdanos ¡oh! Señor
que la carne es débil
y el enemigo seductor.
Mas tu palabra nos fortalece
y llena mi corazón de un amor
que no pensé tener para dar,
de una fe que solo tu palabra da.
Partance las aguas,
llenese la tierra de plagas,
mas tú en frente
cubriéndonos en tus faldas.
Qué son los cerros
y los montes empinados
o el cielo en lo alto
y el firmamento en su ancho.
Qué es el entendimiento
si apenas sabemos;
en dónde nuestra jactancia,
de qué hinchar el pecho
si todo es nada.
Amarte y serte fiel
es lo único que quiero hacer.
Cúbreme mi desnudez,
tu presencia quiero tener.
- Autor: shao (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2021 a las 17:01
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.