Me das un minuto?

Perdón, hermosa, ¿puedo tener un minuto de tu tiempo? Antes de comenzar, déjame decirte que esta conversación no es la habitual. Déjame cerrar la puerta a los juegos previos sexuales que normalmente utilizan contigo. Quiero conocerte desde el cuello hacia arriba. Quiero saber qué piensas entre esas orejas, en lugar de pensar qué hay entre esos muslos. Quiero poner un anillo de diamantes de 13 quilates en tu mente y cometerme a el, no estoy aquí para contar cuántos hilos tienen tus sábanas. Si no cuántas ideas es que tienes en tu mente, quiero profundizar cada vez más en tu intuición femenina. Quiero lamber cada centímetro de tu mente y obtener una fijación oral de tu fantasía más interior. Quiero conocer de espalda y de frente el estanque de tu sabiduría interior mientras nos sentamos aquí, deja que nuestra mente se acerquen cada vez más para que te detengas y pienses que esto podría ser real antes de qué te duermas. Me quedo despierto memorizado en tu belleza contando tus 72 latigazos, porque cada latigazo me lleva a la puerta de tu mente. Ahora eso se acabo a sí que mi pregunta es si todavía estás dispuesta a mantener la conversación, si es así, sentémonos aquí y dejemos que nuestra mente continúe en este viaje pensando en nuestro tiempo.