Hotel Carlton a media noche

Leoness

Hotel Carlton, y es medianoche, hace frio,

En un día de invernal y, llueve,

Lentamente, sobre la ciudad y, ceno,

Aún no hay demasiados comensales.

 

Un camarero apunta mi cena, terminada,

Me despido en un amable ¡hasta mañana!

Tengo la impresión de que me observan,

Pasillo adelante cruzo la recepción, nada.

 

Subo hasta la planta de mi habitación,

Un largo pasillo, una larga alfombra,

Una larga fila de puertas, de habitaciones, y

De repente, se apagan las luces, solo emergencias

 

Localizo mi habitación 535, solo,

Solo mi sombra me acompaña,

Mi tarjeta abrE la puerta, se resiste,

No hay luz, solo emergencias.

 

Sombras, un ligero escalofrío recorre 

Mi nuca, enciendo el móvil, nervioso,

Sabanas en la cama, revueltas,

Una maleta en el suelo, abierta.

 

En la mesa escritorio, un libro abierto,

Las cortinas descorridas ventana abierta,

Otro escalofrió, más intenso, real,

El patio, a oscuras, el cielo cubierto.

 

La tenue luz del móvil, y el silencio,

Luz moviéndose en ventana de enfrente,

Alguien baja una persiana con estruendo,

Otro escalofrió, me recorre entero.

Vuelve la luz, pero se va, de nuevo,

Tropiezo con la papelera, me siento,

No sé qué hacer, oigo ruidos y voces,

En el pasillo hay gente que habla.

 

Reflexiono, ¿que habrá sucedido?,

No lo recuerdo, nervioso, lo intento,

¡Ahora sí!, recuerdo que era muy tarde,

No tenía tiempo de ordenar, ¡salí pitando!

 

“puse el cartel de: ¡No Molestar!”

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