Mujer de fuego

Jorge Ivan Copalcua Bello

Porque quemas tanto como el fuego del amor, y eres tan candente como el sol, tus pupilas y tu voz me quebrantan tanto y hacen que arda vivo entre las llamas del amor. Aun no te has dado cuenta, pero es tan obvio, tu cabello es como el viento, que en pleno verano azota a los primeros brotes de los girasoles, y créeme si te digo que das mucho, mas de lo infinito con tu sola presencia. Dichoso todo aquel hombre que piense en regalarte una flor, dichosos esos ojos que se deslumbran al verte, y dichosa tu que que quemas los espacios de tu habitación cuando bailas a solas y anhelas que llegue el momento mas oportuno en cada atardecer para decir que diste poco. Eres mucho, siempre, para ser precisos, lo eres todo a cada momento, te encuentras tan firme y dispuesta en los tragos amargos de una decisión, porque eres el verso perfecto y la única de entre todas las diosas que son precisas en los términos del amor. Y esta bien, eres todo aquello que un pobre poeta como yo, jamás podrá conocer.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.