En la soledad de los abrojos incendiados
o en la perpetua inacción de los cúmulos de nubes sigilosas
donde se petrifican las vestales de ignorancia acumulada
y se masturban grandes ciclos de pensadores natos.
O en aquellas ciudades donde asalta el crepúsculo vengativo
como una llamarada de incertidumbre mutua
y sin embargo flotan candiles húmedos sobre el agua pestilente
y se abordan los barcos singularmente atropellados
por el vértigo de una sola noche.
Donde los pies trituran sus esperanzas vitrales
las amanecidas manos solitarias que albergan un férreo desistimiento
y se frotan e inauguran los soliloquios de las acequias invadidas
los cuerpos asesinados por el viento inhóspito.
Las luciérnagas advierten de un signo de inteligencia
su brillo resplandece sobre cadáveres desmantelados
y un látigo florece con su aurora de insectos
en la mano todavía endurecida y amistosa.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2021 a las 07:05
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Augusto Fleid, Anton C. Faya, Jorge Horacio Richino, alicia perez hernandez
Comentarios1
Hay mucha fuerza todavía invadida y endurecida por esa amistad solidaria con la soledad.
saludos poeta y amigo Ben.
Muchas gracias amiga Alicia, siempre tan certera con tus palabras, un abrazo fuerte!!
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