Traigo el corazón soldado
a la "ferramenta" del recuerdo
un vitral en la osamenta
donde exhibo cuanto pierdo
y en los hombros: tegumento
del mítico vellocino dorado.
Válgame dios, si alguna vez he jurado
en cierto. Permita el diablo que muera
si he de rendirme ante lo incierto.
La neblina está cubriendo alabastros
será difícil infiltrarse por los muros
¡vamos!; están cambiando de piel,
y a mi siempre me toca color tabaco
o en su defecto, chocolate oscuro.
Cuántas veces he sido esperma originaria
aferrándose al ombligo.
Muchas veces he sido espiga
que muere en fase embrionaria
—y resucito—
tan solo por no unirme al enemigo
en la muerte. (Ni en la vida).
A la "ferramenta" del recuerdo,
traigo soldado el corazón.
En los umbrales del infierno
un elegido plañe una oración
!tristísima, patética¡, rogando absolución,
si es que acaso sigo vivo...
es pura auto sanación.
- Autor: Ludico (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de mayo de 2021 a las 23:32
- Comentario del autor sobre el poema: Son poemas que nacen dictaminados por el ejercicio de voces desconocidas, (algunos dicen que es el espíritu) otros le llaman subconsciente, pero son poemas que escapan del control o la voluntad individual, y se expanden con figuras provenientes de instantes de rapto, espero o disfruten y puedan encontrar la parte humorística encriptada.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta
Comentarios2
Por su puesto hemos notado esas notas humorísticas!
Grande Ludico, metamorfoseandote 🙂
La mente aguda,
no halla esmeril que la afile,
porque aunque desafine
viene afilada de cuna.
!...Gracias por leer y captar¡
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