El cielo es un carbón ardiendo
Hasta sus últimas consecuencias.
Parece que pronto se hará de noche,
Si es que dentro de unas horas el tiempo
Sigue teniendo algún sentido para alguien.
A mi alrededor gentes desconocidas se apiñan, jadeantes.
Me piden en súplicas que haga algo por ellas.
Me les acerco uno a uno, les veo desplomarse
Como las hojas de un otoño sin retorno.
Sólo tengo algunas palabras de aliento
Y un hombro donde se van adormeciendo
Para acompañarles en sus últimas caídas.
De pronto me veo a mí mismo,
Soy lo único de pie en las calles minadas
De somnolientos, ocres cadáveres.
Unos sujetos con escafandras y pesados trajes blancos
Se me acercan haciéndome señas
Y muecas de desconfiado espanto.
Me explican que la tristeza es un virus.
Testean mi sangre para corroborar la infección.
Con más horror todavía, me avisan:
Soy inmune.
Mientras, ellos también, se van muriendo.
No. La angustia no es hacia la muerte,
Ni siquiera hacia la impotencia de no poder salvarles.
Angustia es que haya dolores que no maten,
Y esa sea la forma
De quedar
Infinitamente
Solo.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2021 a las 15:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, El otro yo, alicia perez hernandez
Comentarios1
La angustia es que hayan dolores que no maten...
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