A veces cuando miro una película

A veces cuando miro una película

de cualquier género

con todo tipo de actores y de historias,

y veo cómo vienen y van los personajes

en alguna ciudad amontonada de formas,

con sus pequeños autos

recorriendo avenidas calles y puentes,

Y entonces escucho su diálogo

su charla perfecta,

su conflicto y las causas que ocultan su dolor,

y observo con detenimiento

cómo empiezan sus engaños

y mienten de forma incansable

y cómo no sale de sus labios el perdón ni la disculpa

usualmente pienso

que yo hubiera dicho algo diferente en tal o cual escena,

que yo no hubiera doblado en aquella esquina,

que yo me hubiera colocado otro par de zapatos,

Pienso con frecuencia

que yo nunca estaría metido

en tal clímax, en tal frenesí, en tal mentira, en tal proceso,

que yo no podría tratar así a mis enemigos

mucho más porque considero que no tengo más enemigos

que mi propia carga,

no podría llevar a cabo aquel acto

de infidelidad, de soborno, de escarnio, de infamia,

no soportaría un instante la tensión que soportan

definitivamente mi cuerpo no lo aguantaría,

se rompería

como un jarrón de porcelana,

como una rama seca,

como un juguete defectuoso,  

Mi propia voluntad no me llevaría

ni al inicio de cualquiera

de aquellas películas,

pero también pienso que si en la pantalla

yo viera el transcurso de mi vida,

 si frente a mis ojos se posara la imagen móvil de mis días

y entonces viera

cómo camino hacia los lugares que camino,

y cómo hablo frente a las personas que me escuchan

(y a las que no lo hacen)

si pudiera ver de pronto en la pantalla

cómo callé en los días que callé

y todas las veces que lloré sin consuelo,

quizá no creería las cosas que dice el hombre que miro,

y pensaría que debiera de haber dicho tantas otras cosas,

y pensar de forma diferente,

y haber doblado en aquella esquina

y haber usado otro par de zapatos.

Sin embargo,

si en una escena el hombre que miro dijera sus líneas

expresando todo lo que su corazón le dicta

yo, al escucharlo, 

probablemente no sabría decir

de qué otra forma pudo haber actuado.