continuación...
PETALO 4 (…la rosa se aleja)
Una tarde que ofrecía sus ráfagas de aire tibio
mecían descarnadamente a un
lote de MALABARES que se acicalaba
en el espejo de la tarde azulada;
una ribera de CAYENAS exfoliaba
los sedimentos de polen de sus anteras
inutilizadas, que se quedaron en estambre perdido
sin embargo un fresco soplo de brisa repentina
retardaba el final de una corola moribunda,
y en medio del vergel palpitante de savia
aparecía mi “Rosa Profunda”
como una Venus ataviada de ropajes reales.
Emulaba una Reina en su diario recorrido
por su “Parnaso” particular.
muestra rara de candidez y belleza
que el pudoroso temblor de la castidad
mantenía vigiladas.
Venía abierta desde la Aurora
presentándose trémula ante una noche
que exigía el tributo de su frágil ideario,
“Dorada y azul, como los deseos imposibles
y los vanos sueños de una planta” (9)
“El que vive, de amor nace
Y se sustenta de amor;
Cuando muere es un rigor
Que nuestras vidas deshace”… (10)
Aseveró el bardo antiguo.
Así empezó mi vida a deshacerse
cuando un extraño pasajero
que venía desde los intersticios de la tierra.
Como una mortal guadaña,
Acompañándose de una luz polvorienta,
en medio de un remolino de
los que peinan la tierra
librándola de huellas de pasos arqueados
y semillas estériles,
en medio de una fuerte andanada de vientos furiosos del norte
irrumpió en fracciones dentro de mi corazón
y se llevó mi encarecido ideal.
¡Se llevó tu amor “tisú”,
ese que el infinito puso en mi alma
y le dio apariencia de cielo.
No hubo indicación alguna de asertividad,
ni vinieron los dioses vegetales con sus hegemonías
a suplirte en mi esplín,
ni las voces verdes y ocultas
de la palpitante selva
cantada a través de una Ninfa eremita
para desmentir tu agravio.
Como la flor que espera confiada
cada día al trino colibrí
que no volverá jamás;
así quedó mi inútil alma
y mi endiosada armonía,
convertidas en insondable hastío.
Y el sofocante laberinto
que se formaba en mi ceño otrora risueño
revivió en mí el drama descarnado
de la HAMADRIADA, (11) triste semidiosa
oculta dentro de una encina arrancada
de sus bosques contra su voluntad, y obligada
a convivir con los humanos en una plaza publica
murió por el insondable hastío del vano discurso
de ,los mortales; muerta la semidiosa
murió también la encina…
Ah! mi prometedora y abigarrada pradera,
asaz de mis palpitaciones esperanzadoras
era ahora toda broza, toda maleza;
solo el esbozo de un surco infinito
que se degeneró en rompido terraplén
se frisaría en mi vida occidua.
Y una eterna pregunta sin respuesta
sería mi signo delator:
¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le hicieron mis besos?
¿Qué extraña saliva salió de mi boca
y envenenó su corazón?...
Para cuando amaneció y el sol
trajo consigo la esperanza que ofrece la luz
ya era historia su recuerdo.
La desesperación y la rabia
colmaron la obra de mi hastío
y empezó mi cruel vía crucis su inclemente tráfago
El taxativo pechándome a cada instante
Un tortuoso y asfixiante pensamiento
“Viviría oculta bajo su apariencia
Calmosa y apacible, las huellas ocultas
De una ambición y vanidad no satisfechas?
Llegue a recriminar a mis ojos
que no la definieron mas bien como CAMELIA
en lugar de Rosa, por ser aquella:
¡Flor vistosísima de extremada belleza
pero egoísta, sin ninguna fragancia que ofrecer…!
Y condenóme a sentenciar mi suerte
con la del poeta que dijo:
“Amor que al irse no está ausente; amor sin dudas y sin fe, como este amor intrascendente, que, si llegó calladamente, calladamente se fue...” (12)
Y por perseguir su dulce aroma
comenzaría mi infatigable búsqueda
en medio de los rigores de la insondable noche
y bajo el calido abrazo del sol,
a todo lo que me devolviese el mas mínimo
asomo de la suavidad de su esencia
pero como custodia de mi irresoluto pesar,
en lugar de delicada floritura
solo ASFÓDELOS amargos vinieron a mi
para turbar aún mas mi razón.
Aún así la búsqueda continuaría.
Y al igual que en el dialogo sitibundo
de ALBETO SORIA con la SOMBRA:
cuando esta le advierte en temeraria sentencia
a que no traspasase sus umbrales
ante la imposibilidad de regreso
la sombra le decía:
“…me verás por todos los caminos,
detrás de todas las rocas, al pie
de todos los árboles; me escucharás
en la música de las aguas y los vientos;
me sentirás en la malsana esencia
de las flores. Adonde vayas te seguiré.
Al mismo tiempo iré a tu lado como
tu propia sombra y dentro de ti como un incubo” …(13)
Ahora mas que antes decidí continuar. .
Ahora como asumiendo los riesgos
que representaba perseguir la “sombra del olvido”
y traspasar sus umbrales,
para lidiar con ella cara a cara
y oponerme a sus devaneos de desesperanza.
Ahora mas que nunca decidí proseguir
en esta loca aventura diabólica
de ir contra la natura de las cosas
y poder llegar al fondo de su ser,
de su hegemonía disidente.
Con mi amor altruista me acomodaré
bajo su dermis; me apareceré cada mañana
en el sol que besa su frente,
y el centro del iris de sus ojos
será la celosía por medio del cual
absorberé del mundo sus rigores
para convertirlos en impresiones de grata fotografía..
Ahora mas que nunca decidí convertirme
en una abigarrada muralla
contra el inclemente olvido
que me muestra su fea cara.
¡NO ME OLVIDARAS!
Penetraré de ser posible en los corredores
Y andenes de su súper ego
y socavaré cualquier cimento armado
contra la eternidad del beso que se levanta huérfano.
Y al penetrar en el valle sensual de su vida vacía
en medio del infortunio mío de no tenerla
me acompaña un templado, bizarro y “morboso”
gusto que va surcando adentro, muy adentro de mis “tripas”…
¡Algún día… “te despertarás en medio
de la sombra y lamentarás
que ni la noche ni el sueño
nos pudieron separar”…(14)
EPILOGO (…el final de todo)
Lejos, muy lejos de la sombra
el ambiente calido de la sabana agreste
se mostraba amigable.
Una brisa como de mar batía
las frondas de los cujíes y arrancaba del suelo
una fina lámina de polvo cenizo,
parecía una brisa escapada del turquino mar,
cansada quizás de empujar velas blancas
y besar manglares, y se avino a estos solares,
trajo consigo los besos de una luna celestina
que pasaba hermosa como un disco plateado
y conservaba la frescura de los recientes besos de
un ramillete de ALSTROMERIAS y CENTAURAS.
Un haz de AMARILIS y AZALEAS
de la mano de un excelso bouquet de ADELFAS y
una singular CLIVIA
apuraban el sesgo de la tarde que caía inminente.
Un delicado almacigo de exuberantes PEONIAS
agregaban beatitud al lienzo brillante
que lleno de MADRESELVAS melancólicas
terciaban junto a un dechado de JACINTOS lilas
y alegres CACTUCITOS.
Un cortejo de ALHELÍES y un gualda ACACIAKAROO
obsequiaron desde esta mañana
un calido recibimiento a ese viento marino
que venía pletórico de soles
a formar un mar de siesta, un mar de aromas
mar de Rosa.
Venia arrastrando voces y llantos quebrados
de mujeres solas y marinos cansados de buscar tierra
doble mar que empuja su doble ola
la tuya y la mía.
Y sigo imaginando el sereno mar que se
junta con el sereno cielo en aquella línea
difusa casi imperceptible,
como la unión de nuestras vidas. ¡Imperceptible!
Mientras, canto un canto viejo
cántico de poeta adulto
“alter ego” de mi búsqueda…
“Todavía te busco mujer que busco en vano, mujer que tantas veces cruzaste mi sendero, sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano y sin que me escucharas cuando dije: "te quiero..." Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa. Y ya llega el otoño, y espero todavía: De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa, pero sigo soñando que he de encontrarte un día.Y sentiré en el fondo de mis manos vacías, más allá de la bruma de mis ojos huraños, la ansiedad de las horas convirtiéndose en días y el horror de los días convirtiéndose en años... Pues quizás esté mustia tu frente soñadora, ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella... Y al no decir: "¡Es ella!" - como diría ahora -, seguiré mi camino, murmurando: "Era ella..." (15)
…y agregaría mi voz infeliz,
hábil portadora de mi mente inexorable
y por demás de visiones fecunda…
era ella….LA ROSA PROFUNDA…
FIN
- Autor: Frank Torreba (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2010 a las 10:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 106
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