Te busco
y no me canso
de perseguir un sueño
inalcanzable...
Soy un niño
yo en tus brazos
llorando,
pidiendo más...
Vivo
en un castillo abandonado
paseándome de arriba a abajo...
Mi dios
duerme en la eternidad.
Arde el mundo entero
y llegan pasos
siempre de lejos.
¿Hacia dónde escapo
si soy yo el que vengo
derrotando estatuas
con los ojos tapados por una benda?
Es el baile de las almas
que el camino han perdido ya.
Una realidad difusa
tras la cortina
a todos nos engaña
con trucos de sátiro
flojeando esperanzas,
mientras llueve
fuera un lamento largo
y ves que todo es falso
salvo el suelo que pisas
y tus entrañas.
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